Barcelona
La polémica del verano continua. La exposición de tres esculturas sobre el franquismo ante el Born Centro Cultural en Barcelona todavía no se ha instalado, pero ya ha vuelto a protagonizar este martes un nuevo capítulo de enfrentamientos.
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La propuesta de revisión de la impunidad del franquismo que el Ayuntamiento tiene previsto exponer en octubre, y que lleva por título Franco. Victoria. República. Impunidad y espacio urbano, ha recibido este martes las críticas de todos los grupos municipales en la Comisión de Derechos Sociales, Cultura y Deportes.
Especialmente duros han sido los grupos de ERC y CiU. El segundo incluso ha presentado una proposición para frenar la exhibición. Considera que frivoliza sobre “unas heridas que todavía están abiertas”. El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, ha contestado con contundencia los reproches del regidor convergente, Jaume Ciurana, y le ha espetado que no acepta "ninguna lección sobre memoria histórica de un partido que permitió la simbología franquista en las Tierras del Ebro y el cierre del Memorial Democrático. ¿Qué han hecho ustedes sobre el franquismo?”. La proposición ha sido rechazada, tras un empate, por el voto de calidad del Gobierno. Han votado en contra de la proposición Barcelona en Comú y PSC, a favor CiU y ERC, y se han abstenido PP, Ciutadans y la CUP.
En esta comisión han comparecido, a petición de Esquerra, Gerardo Pisarello y el comisionado de Programas de Memoria, el historiador Ricard Vinyes. Precisamente citando un texto de este experto, Alfred Bosch (ERC) ha querido rebatir la tesis municipal según la cual esta exposición servirá para hacer una revisión crítica del franquismo. "Sustituir las expresiones simbólicas de la dictadura manifiesta el nivel de salud de la sociedad, pero hay que sustituir y eliminar, nunca hacer coexistir”, ha leído Bosch.
Las esculturas en cuestión son la estatua ecuestre de Franco que estuvo en Montjuïc, y la de la Victoria de Frederic Marès, que acompañó el obelisco de la Diagonal como homenaje a la entrada de las tropas rebeldes en 1939 y que hizo a partir de una escultura que anteriormente había presentado para conmemorar la República, que también se expondrá. Bosch ha considerado que la exhibición “genera confusión” y que no favorece a las víctimas del franquismo.
En este sentido, también se ha expresado el convergente Jaume Ciurana, que ha acusado al Gobierno de cometer un error “de arrogancia intelectual” y de tratar la memoria del franquismo “con frialdad”. Por eso ha pedido que las esculturas no se exhiban en la vía pública. “¿Son ustedes filofascistas? Es evidente que no”, ha planteado Ciurana, para quién el error es "confundir el arte contemporáneo con la memoria histórica” en una exposición que considera será ofensiva para las víctimas.
De fondo hay un conflicto de intereses sobre el espacio donde el Gobierno municipal quiere instalar las esculturas, la explanada que hay ante el Born Centro Cultural. En este sentido, la concejal de Ciutadans, Marilen Barceló, ha lamentado que el espacio sea, “para unos, un mausoleo de la independencia", y para los otros, el lugar donde se hace la crítica contra el franquismo. O, según la regidora del PP Ángeles Esteller donde se hace “guerracivilismo". “Por supuesto que un país tiene que tener presente la Historia, pero no tiene que servir para la confrontación”, ha añadido Barceló.
Sobre la propuesta de Maria Rovira (CUP) de cambiar la ubicación de las estatuas, Pisarello ha reiterado la posición del Gobierno de Colau: "Las dos memorias, la del 1714 y la del 1939, son complementarias: el Born forma parte de la exposición”. "La exhibición de las tres estatuas en la vía pública tiene como objetivo poder discutir, por primera vez, la trayectoria de estas estatuas, que estaban en la calle y que ya no están. Y discutir el papel de los escultores”, ha añadido el primer teniente de alcalde, que ha garantizado que la exposición “interpela a la ciudadanía y es impecable a nivel académico”.
El comisionado de Memoria Histórica, Ricard Vinyes, ha apuntado que las exposiciones tienen que ser vistas, y se ha mostrado sorprendido por el hecho de que “haya tantas previas”. En respuesta al uso que ha hecho Bosch de sus propias palabras, Vinyes ha dicho que ha tergiversado su texto y que cree que al patrimonio hay que darle otro significado sin esperar el día que haya “normalidad” respecto al franquismo. ¿Llegará el día en que todo sea normal? En estos temas, la normalidad no llega nunca, lo que tenemos son instrumentos para abrir el debate”.
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