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lunes, 8 de septiembre de 2014

Pablo Iglesias: "El régimen de apartheid que impone Israel es incompatible con la democracia"

El hospital Maqassed es el mayor de toda Cisjordania, el centro médico de referencia de los palestinos en los territorios ocupados. Se levanta en el Monte de los Olivos y desde el ventanal del despacho del director se tiene una espléndida vista sobre la ciudad vieja de Jerusalén, con la Cúpula de la Roca brillando bajo el sol del mediodía. Bassam Abu Libde es el director médico de este hospital que atiende gratuitamente a casi todos los pacientes. Únicamente una pequeñísima fracción de los ingresados contribuye económicamente al sostenimiento del centro. El resto del presupuesto lo cubren países como Arabia Saudí, o la Unión Europea, así como benefactores particulares. "La impresión que me ha causado me lleva a concluir que estamos ante un régimen de apartheid, donde una buena parte de la población, los palestinos, no son considerados ciudadanos, ni se les garantiza sus derechos, y esto es algo incompatible con la democracia", dice el eurodiputado Pablo Iglesias. El líder de Podemos forma parte de una delegación de la Izquierda Unitaria europea que visita estos días los territorios ocupados. "El objetivo del viaje es incrementar las ayudas de la UE a los palestinos, y no reducirlas, como parece que se quiere hacer. También deseamos denunciar la situación de la Franja de Gaza después de la guerra". El hospital Maqassed, que tiene 250 camas, ha recibido 75 heridos de la última guerra, heridos que en muchos casos sufrían las consecuencias físicas de las bombas y que no se podían tratar en los hospitales de la Franja de Gaza. Algunos de ellos han sido derivados a hospitales occidentales ya que requieren un tratamiento que no se les puede dar en este hospital. Entre los 75 heridos de Gaza no hay prácticamente ningún varón de entre 18 y 55 años puesto que Israel no ha permitido que los hombres adultos salieran de la Franja, con excepción de algunos pocos casos que han sido autorizados. Algunos de los 23 heridos que siguen ingresados son niños mutilados por las bombas. "La sensación que tengo después de visitar el hospital Maqassed es que estamos viendo solamente una pequeñísima parte del sufrimiento del pueblo palestino. Este hospital, que ha sido un símbolo durante la primera y la segunda intifada, ahora nos muestra unos fragmentos de lo que ha sido la última guerra", comenta Josu Juaristi, eurodiputado por Bildu. La segunda parada de los parlamentarios europeos es en casa de Mohammed Abu Judair, el adolescente de 16 años que fue quemado vivo en junio en un bosque de Jerusalén por tres jóvenes colonos judíos. Su padre y su madre exponen a la delegación los terribles detalles del caso y solicitan la asistencia de la UE. Hussein Abu Judair, el padre de la víctima, cree que los asesinos "eran nazis que no tuvieron reparo en quemar viva a una persona". "Sus acciones reflejan un profundo sentimiento racista que está impregnando a toda la sociedad israelí, y lo más grave es que la policía no hizo nada cuando les dimos el número de teléfono móvil de mi hijo, que todavía estaba operativo, y que podía haber sido localizado fácilmente para prevenir el crimen". Algunos observadores extranjeros, como el escritor Jonathan Cook, y otros que residen en la zona, han acusado a la policía israelí de diseminar en los medios de comunicación mentiras sobre Mohammed, diciendo por ejemplo que era homosexual y que seguramente su secuestro y muerte obedecía a un crimen pasional. Los padres de Mohammed creen que la policía no es inocente. "Ningún israelí vendría a Shuafat (el barrio árabe de Jerusalén) a las 4 de la mañana sin el respaldo de la policía. El hecho de que la policía no hiciera nada durante las primeras horas críticas también apunta en esa dirección. Los tres detenidos habían quemado varias tiendas y más de 20 coches palestinos en los días anteriores, y habían intentado secuestrar a otros dos niños palestinos, sin que la policía hiciera nada", explica Hussein a la delegación europea. "Si hubiera sido al revés, si en lugar de mi hijo hubiera muerto un niño israelí, el ejército ya habría demolido la casa de su familia. Es lo que hacen continuamente con nosotros y el que no haya ocurrido ahora muestra que aquí hay dos leyes, una para los palestinos y otra para los judíos", dice Hussein. En la casa de Mohammed Abu Judair, Pablo Iglesias tiene la misma impresión que en el hospital. "Es otro caso de apartheid, donde vemos que hay leyes para unos y leyes distintas para otros. Solo eres ciudadano si eres judío israelí y no si eres palestino, y esto es inaceptable e incompatible con la democracia", comenta. Con respecto a los destrozos de Gaza, a donde Israel no ha permitido que entrara la delegación de parlamentarios, Iglesias se refiere a los proyectos europeos de la Franja que han sido destruidos por las bombas israelíes. "Lo primero que deben hacer los gobernantes es cuidar sus presupuestos, y esto no se hace en Palestina. Se debe obligar a Israel a pagar los destrozos de los proyectos que ha destruido y que se han hecho con dinero de los contribuyentes europeos". Y con respecto a la pasividad total de la UE con respecto al conflicto, dice: "Es fundamental que la UE entienda que sus representantes son carteros de los ciudadanos, y que deben representar a los ciudadanos y no a los grupos de presión". Josu Juaristi comparte esta opinión: "La sensación que se tiene es que la UE no hace nada, que hemos entrado en un círculo vicioso en el que Israel destruye y los europeos reconstruyen. Es necesario que haya una reacción política. Debe haberla, aunque todo indica que tendrá que ser la ciudadanía europea la que fuerce a sus políticos a actuar".

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