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Miles de tierras, de corazones y una sola bandera
Primero fue un complot de generales
conspirado en los cuartos de banderas
entre los farias y el anís del mono
y unos cuantos facciosos calaveras,
pero los bendecía
toda la caspa de la Sacristía
y Dios desde su trono
y los hombres cabales
...como Juan March con todos sus caudales.
Luego fueron las hordas africanas,
la barbarie rapaz del mercenario,
las funestas sotanas,
colocadas de vino y de incensario,
el requeté protervo y sanguinario,
la negra Tradición
que en secreto afilaba su guadaña
en la añoranza de la Inquisición;
y, de fuera de España,
fue del Fascio la peste azul-gangrena,
los puños, las pistolas,
mordaza vil de la razón ajena,
y la legión de buitres carroñeros
de pardas camisolas
pilotando tudescos bombarderos.
Y sobre todos ellos,
de caqui uniformados,
burócratas del crimen y exterminio,
los cuatro generales sublevados
a sangre afianzaban su dominio.
Fuera, las “democracias”,
envuelta su intención en mil falacias,
entre la Ley y el Crimen consumado
urdían la cobarde equidistancia
con que Inglaterra y Francia
miraban sin vergüenza hacia otro lado.
Y la España Leal se quedó sola.
Sola ante el Capital y sus Estados,
o la doblez de las Cancillerías
o de los “estadistas instalados”
o de las mayorías
de asnos que parasitan los senados.
La nación española,
Madrid iba a caer, la Pasionaria
gritó “NO PASARÁN” a las trincheras
y una marea ingente, solidaria,
enardecida, libre, voluntaria
sobrepasó fronteras
e hizo suyos los himnos y banderas.
Y todas las naciones
entre puños cerrados y guitarras
aportaron sus sangres y canciones
contra las cimitarras
mercenarias de moros y cipayos
con fulminantes rayos.
Defensa de Madrid. La seguidilla:
“Por la Casa de Campo
“y el Manzanares
“quieren pasar los moros
“no pasa nadie”.
Brigada Kléber, batallón La Commune.
Batalla del Jarama. La balada:
“There’s a valley
“in Spain of Jarama
“it’s a valley
“that we know so well …”
Brigada Lincoln.
Batallónes Dumbrovsky y Garibaldi,
Thaelmann y Marty,
tantos, tantos hermanos …
una galaxia de héroes encendida:
ingleses, alemanes, holandeses,
americanos, belgas y franceses,
yugoslavos, cubanos, italianos …
uno de cada cinco dio la vida
en tierra extraña por sus ideales
y por su convicción de ciudadanos
¡tantos hombres leales …!
Pasaron años largos por decenas,
mas tanto honor ya nunca se ha olvidado.
Murieron los verdugos pero apenas
los honra la memoria.
Tuvieron su victoria,
su revancha, su premio mal ganado,
pero nunca la gloria.
La gloria recompensa la pureza
sólo del corazón y la nobleza
del sacrificio limpio, idealista.
Esa corona es tuya,
sin mancha alguna que la prostituya,
ciudadano del Mundo: BRIGADISTA.
Francisco Redondo
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